Sociedad | Comienzo de clases

Sigue el conflicto

El primer lunes de marzo debían comenzar las clases. Pero las escuelas estuvieron vacías por un paro docente. Los maestros reclaman la convocatoria a la paritaria nacional, establecida por ley para acordar el piso salarial igualitario para todas las provincias. El gobierno lo rechaza por varias razones. Entre ellas, procuran quebrar el frente gremial docente y transferir a los gobiernos locales la responsabilidad del financiamiento de la educación pública, a tono con los criterios del Banco Mundial. Buenos Aires, 7 de marzo de 2017. Desde la Rosada se insiste en que la medida de fuerza es política. Se argumenta que es un año electoral. Tienen razón. El PRO está en campaña y eligió confrontar con los gremios docentes para horadar la resistencia sindical a sus planes de disminución de los salarios, reducción de derechos y fragmentación del sistema educativo.

El accionar del ministro Bullrich ha sido coherente. La desactivación del Programa Conectar Igualdad (entrega gratuita de computadoras portátiles hechas en el país y con contenidos también generados acá) y del sistema público de formación docente permanente Nuestra Escuela, entre otras medidas de similar carácter, anticiparon el brusco viraje a los preceptos de los noventas en política educativa que ejecuta quien gusta llamarse “gerente de recursos humanos”, antes que ministro de educación.

En el centro del conflicto se encuentra la decisión oficial de no realizar la paritaria nacional docente, pese a que es una obligación legal que deben cumplir las autoridades. Secundariamente, los distritos que gobierna el PRO han efectuado una oferta de actualización salarial en línea con lo decidido por el presidente Macri, por debajo de la inflación que, prometen, habrá en 2017. Les piden a los docentes que resignen parte de su capacidad adquisitiva.

Por el contrario, los gremios reclaman, como es el caso de nuestra ciudad, que el incremento recupere lo perdido en poder adquisitivo el año pasado y cubra la inflación verdadera del nuevo año, alimentada por los sablazos en los servicios públicos que promueve la misma gestión PRO.

Por lo pronto ya anticiparon lo que sucederá. A los dos días de paro de la primera semana de marzo, le seguirá otra semana de movilización con la comunidad, como ya comenzó a hacer la gente del Mariano Acosta en nuestra Comuna. Todo para preparar una nueva marcha federal hacia fines de marzo.

El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta y los 16 sindicatos docentes siguen al cierre de esta edición sin encontrar acuerdo posible, porque no hay diálogo si no se escuchan las razones del interlocutor. La última negociación paritaria fracasó otra vez porque la reunión pactada para el viernes 3 en las oficinas del Ministerio de Educación de la Ciudad jamás se hizo. Los gremios esperaron más de una hora que los funcionarios del gobierno se presentaran al encuentro, pero estos bajaron únicamente para proponer un cuarto intermedio hasta el domingo.

El Ministerio de Educación, que conduce Soledad Acuña, repitió la oferta de incremento del 18%, mientras los gremios reclaman un aumento que ronde entre el 35% y el 40%. A diferencia de su par bonaerense, María Eugenia Vidal, el alcalde porteño no dictó la conciliación obligatoria, a pesar de que analizó esa posibilidad durante toda la tarde del viernes. Así, por primera vez en nueve años de gestión macrista, no comenzarán las clases en la Ciudad de Buenos Aires.

Las vacantes que no aparecen

La polvareda que levantó este año el conflicto salarial, esconde otro problema que fue noticia en los últimos años, a partir de la modificación del sistema de inscripción en el sistema público. La falta de vacantes persiste, aunque las autoridades insistan en esconderla debajo de la alfombra.

Así lo denuncian distintas organizaciones sociales, como el Observatorio del Derecho a la Ciudad y el colectivo La Vacante es un Derecho. El reclamo intentó expresarse en la primera sesión de la Legislatura porteña a través de un pedido de informes que no pudo ser tratado por el repentino levantamiento de la sesión que dispusieron las autoridades del PRO.

Desde el Observatorio se afirma que “En los últimos años la problemática de la falta de vacantes se ha agravado. En el año 2014 hubo un déficit de 4.000 vacantes. En el año 2016, el propio Poder Ejecutivo reconoció que 11.000 niñxs se quedaron sin poder acceder a la educación pública. Para el año 2017, el Gobierno de Larreta aún no comunicó la cantidad de niñxs sin vacantes, no existen cifras oficiales. En procesos judiciales, los funcionarios del Ministerio de Educación informaron que recién contarán con ese número el 9 de marzo, cuando las clases ya se encuentren iniciadas”.

La otra cara de la moneda

En contraste con las otras provincias gobernadas por mandatarios de diferentes espacios políticos, el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá (PJ), anunció el jueves 2 de marzo un aumento de 38 por ciento para los salarios más altos de la administración pública del distrito y de 60,7 por ciento para los más bajos, entre los cuales se hallan los que reciben los docentes puntanos.

En declaraciones radiales, el mandatario puntano sostuvo que “+el salario tiene que aumentarse para alcanzar la inflación producida el año anterior, y no es en base a la especulación de la inflación que viene porque los salarios se depreciaron con respecto al año pasado”.

Rodríguez Saá remarcó que “las cuentas de la Provincia dan para estos aumentos” y, en ese sentido, explicó por qué puede aumentar: “Por la coparticipación que recibimos lo mismo del año pasado más la inflación. Si sacás esa suma, claro que se puede, si estás pagando los salarios del año pasado más la inflación, y claro que se puede hacer el esfuerzo, si se ha administrado y se ha preocupado por esto", concluyó.

El distrito más rico del país no es San Luis. Es la ciudad de Buenos Aires. Larreta no depende de las transferencias de fondos del gobierno nacional. En la ciudad pueden afrontar sin problemas una actualización lógica del salario docente. No lo hacen por disciplina partidaria. Larreta es apenas un soldado de Macri, decidido a quebrar el frente gremial docente como señal al conjunto del movimiento sindical.

Santiago Pujol

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