Comunales | Otra organización sindical en el barrio

La CGT de Caló se muda a Balvanera

Mientras aguarda la resolución del conflicto judicial que lo enfrenta con el sector encabezado por Hugo Moyano por la posesión del edificio histórico de Azopardo 802, la fracción cegetista mayoritaria que encabeza el metalúrgico, alquiló un edificio en la avenida Corrientes. Buenos Aires, 28 de enero de 2013. La CGT mayoritaria, que conduce el metalúrgico Antonio Caló, se mudará a un edificio ubicado en la avenida Corrientes casi esquina Boulogne Sur Mer, en el barrio de Balvanera. Establecerán allí su sede provisoriamente, al menos hasta que la Justicia determine qué sucederá con el histórico edificio de la calle Azopardo, por ahora en manos del moyanismo.

Según se conoció, a pesar de que el edificio es a estrenar, necesita algunas reformas para adaptarlo al uso que le dará la central obrera, por lo cual no está definida la fecha de inauguración. Lo que sí está definido es que no tendrá empleados en relación de dependencia. El personal saldrá de los más de 90 sindicatos que apoyan a Caló, que afrontarán los gastos.

Hace meses que la CGT opositora a Moyano busca sede. Primero intentó alquilar un edificio en la avenida Belgrano, cerca del gremio de SMATA, pero el dueño pedía que el pago fuera en dólares, lo cual frustró la operación. También se evaluó un edificio en el barrio de Constitución, pero el alquiler era demasiado caro. No es la intención de los dirigentes gremiales que acompañan a Caló, aferrarse a una nueva sede, sino tomar un espacio provisorio, mientras regresan a la casa histórica de la central obrera.

Desde la ruptura con el sector de Moyano, la CGT de Caló había fijado domicilio legal en Alsina 485, en la sede de la Unión Obrera Metalúrgica, y mantenía sus reuniones semanales en las sedes de los distintos gremios que la integran. Por este motivo, hasta ahora, fue denominada "CGT Alsina", en oposición a la "CGT Azopardo", que refiere a la de Moyano. Ahora el conflicto por el reconocimiento legal como nueva conducción de la CGT, y la administración de sus bienes, se dirime en tribunales.

Recuperar la sede de la calle Azopardo, por el que ambas centrales mantienen una disputa judicial, no sería importante solamente por una cuestión simbólica: su manejo permite supervisar el importante patrimonio de la central obrera.

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