Buenos Aires, 6 de marzo de 2020. Durante todo el año pasado, los vecinos del barrio expresaron su oposición a la construcción del Movistar Arena, que finalmente se inauguró en noviembre. El estadio de 25 mil metros cuadrados, construido en tierras públicas cedidas por el club Atlanta, tiene capacidad para 16000 personas y una programación de 120 shows al año. 

El predio lindero al estadio de Atlanta Don León Kolbowski, se convirtió en Movistar Arena en 2017 cuando la Legislatura porteña aprobó la modificación del proyecto que autorizaba la construcción de un polideportivo -sobre tierras públicas cedidas por la Ciudad al club- a un “microestadio” privado, pero exento de pagar ABL durante 40 años.

El abogado y titular del Observatorio del Derecho a la Ciudad, Jonatan Baldiviezo expresó en agosto pasado que la trama que permitió que se levante el estadio cubierto se inició en 2003 cuando el terreno privado fue expropiado, a través de una ley de la Legislatura, para hacer un centro cultural, una escuela y destinar una parte para el Club Atlanta. Sin haberse cumplido con el objetivo de la ley, años después, en 2012, otra norma le otorgó las tierras en comodato al club por 20 años con el objetivo de ampliar su sede social y las instalaciones deportivas, “entrando en juego entonces la empresa Lugones Center que recibió un crédito de 100 millones del Banco Ciudad y que sin terminar la obra se declaró en quiebra. El banco llegó a un acuerdo con la empresa para buscar nuevos inversores. Ahí aparece Buenos Aires Arena, que asume el proyecto. Pero para eso se cambió la ley -en septiembre de 2017 la Legislatura sancionó la ley 5874- y se llevó el plazo de concesión de 20 a 40 años”.

Los vecinos expresan hoy que en cada recital, varias cuadras están valladas desde las 17 horas, y no pueden circular libremente, se cortan las calles, hay silbatos constantes de agentes de tránsito, voces amplificadas por megáfonos para orientar el ingreso y egreso del estadio, caos de tránsito, la desconcentración del público produce un ruido que impide el descanso, y los comerciantes “de siempre” están siendo desalojados porque los propietarios prefieren alquilar a precios más altos a bares y cervecerías. Los damnificados además sostienen que “el Gobierno hace oídos sordos a nuestros reclamos y ahora, además, la legislatura aprobó un proyecto de rezonificación del área, lo que permitirá privatizar las zonas aledañas al megaestadio y todo el bajo viaducto generando otro gigantesco negocio inmobiliario que arruinará para siempre la identidad de Villa Crespo”.

En este año 2020 los vecinos insistirán con el proyecto de ley presentado en la Legislatura para que en el terreno cedido por el Estado al Club Atlanta no se realicen recitales, sino únicamente espectáculos deportivos, y que se disminuya el tiempo de concesión de 40 a 20 años.

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