Comunales | Los doce de la Santa Cruz

La ardiente memoria

El domingo pasado, como cada 8 de diciembre desde hace años, centenares de personas recordaron a los detenidos desaparecidos conocidos como "los doce de la Santa Cruz, en un evento desarrollado en la calle a la vera de la iglesia del barrio de San Cristóbal, en Estados Unidos y Urquiza. Fueron víctimas de una verdadera cacería cumplida en la última dictadura militar entre el 8 y el 10 de diciembre de 1977, que golpeó al grupo fundacional de las Madres de Plaza de Mayo que se reunía en los salones del templo, en la etapa inicial del potente movimiento de derechos humanos que marcó la democracia recuperada desde 1983.
Buenos Aires, 10 de diciembre de 2019. Este domingo pasado al atardecer, familiares y amigos de los Doce de la Santa Cruz hicieron el tradicional acto de homenaje frente a la iglesia de San Cristóbal, cientos de personas compartieron el festival en las puertas de la iglesia donde cantaron Liliana Herrero y el grupo Cumbia Che. El encuentro en recuerdo de los 12 detenidos-desaparecidos de la Iglesia durante la última dictadura cívico militar se hizo este año bajo la consigna "los derechos humanos vuelven a la Casa Rosada". 

Entre muchos otros, estuvieron presentes Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Elizabeth Gómez Alcorta, quien asumirá como ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, y Carlos Zannini, futuro presidente de la procuración del Tesoro.

Los organizadores les entregaron un reconocimiento a jueces y abogados que participaron en los juicios de lesa humanidad. "No son todos iguales en la Justicia", dijo Alén poco antes de que comience la entrega, abriendo el paso para los silbidos contra el juez Bonadío que impulsa las causas contra la vicepresidenta electa, Cristina Fernández de Kirchner.

Carlos Rozanski, Daniel Rafecas, Sergio Torres, Alejandro Slokar, Guadalupe Godoy, Jorge Auat, Gómez Alcorta, Pablo Parenti y Pablo Llonto fueron algunos de los jueces, fiscales y abogados que fueron reconocidos. "Son una pata importante de la democracia que tenemos que mejorar y construir", apuntó Mabel Careaga, hija de María Esther Ballestino de Careaga, una de las desaparecidas por la patota que encabezó Alfredo Astiz en 1977. 

Después de un video de adhesión de Milagro Sala, se proyectaron imágenes que repasaron los cuatro años de gobierno neoliberal macrista. Comenzó con el último discurso de Fernández de Kirchner como presidenta, el 9 de diciembre de 2015, dando paso al descrédito de las políticas de derechos humanos y de avance sobre algunos de los derechos que se habían logrado en la gestión kirchnerista. Sobre el cierre se sucedieron imágenes de las protestas contra el neoliberalismo en Chile y Ecuador y el golpe de Estado en Bolivia, para terminar con una canción interpretada por Mercedes Sosa y Gustavo Cerati, con la imagen del presidente electo Alberto Fernández y CFK: "Tarda en llegar y al final, al final, hay recompensa".

El secuestro en 1977

Fue una cacería que duró tres días. Desde el 8 de diciembre al 10 de diciembre de 1977 fueron secuestradas y desaparecidas doce personas que se reunían en la Iglesia de la Santa Cruz, en el barrio porteño de San Cristóbal.

En la noche del 8 –cuando se celebraba  la fiesta de la Inmaculada Concepción de María- fueron secuestradas las Madres Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco, la monja francesa Alice Domon, y los militantes Ángela Auad, Gabriel Horane, Raquel Bulit y Patricia Oviedo. Terminaban una reunión para organizar una colecta de dinero con el fin de publicar una solicitada en el diario La Nación con los nombres de sus familiares desaparecidos, que pese a todo salió el 10 de diciembre bajo el título: "Por una navidad en paz, solo pedimos la verdad".

Ese mismo día, el grupo de tareas de la Esma secuestró a Remo Berardo en su atelier del barrio de La Boca y a Horacio Aníbal Elbert y José Julio Fondevila en el bar "Comet", en la esquina de las avenidas Paseo Colón y Belgrano, donde solían encontrarse algunos integrantes del grupo de la Santa Cruz. El plan de secuestro terminó el 10 de diciembre de 1977 con la captura de la Madre Azucena Villaflor de Vicenti y la monja francesa, Léonie Duquet.

El marino Alfredo Astiz fue la pieza clave que permitió que se concretaran los cuatro operativos que buscaban descomponer el incipiente movimiento de derechos humanos. El llamado "Angel Rubio" se presentó ante las Madres de Plaza de Mayo como Gustavo Niño, hermano de desaparecido y comenzó a participar de las reuniones de los familiares. De esa forma reunió los datos que guiaron el accionar de la patota de la ESMA hasta sus víctimas que se reunían en la Santa Cruz. 

Todos integraron luego la lista de los "vuelos de la muerte" y fueron arrojados con vida al mar, que devolvió algunos de esos cuerpos, que se encuentran alojados en el jardín de la parroquia. 

"Cada 8 de diciembre en la Iglesia de la Santa Cruz se derraman las emociones. El dolor es un acto donde el abrazo y el afecto permiten estar siempre ahí, recordando; es como el velorio de nuestros queridos que se fueron y todos los años se revive. Y se le agrega lo simbólico: son los que levantaron las banderas de la lucha que quisieron abortar. Pero acá estamos con la fuerza del dolor que no se acaba nunca", dijo Mónica Hasenberg. 


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