Porteñas | Vivienda propia

Sueño devaluado

El sueño de la vivienda propia se devalúa con la inestabilidad del país. Tras las elecciones PASO, el dólar y la inflación se dispararon y se debilitaron las condiciones de miles de familias para acceder a su hogar. Hipotecados y con sueldos que corren desde atrás a la carestía, los que obtuvieron un crédito UVA se ven condenados. Por Juan Castro, para la Cooperativa de Editores EBC
Buenos Aires, 3 de setiembre de 2019. El sueño es ser propietarios, pero en el presente el mote de hipotecados los une dentro de un colectivo de incertidumbre. El dólar, la inflación, las elecciones. Cada hilo de la economía argentina tensa y desgasta sus ya devaluados sueldos. A la vista, sólo tienen una deuda que se agiganta con el tiempo. 

"En el Gobierno, que impulsaron estos créditos, no se hacen cargo de todos los hipotecados", se quejan aquellos individuos o familias que, parafraseando al presidente, están en el medio del río. Ya tomaron sus créditos en UVA (Unidad de Valor Adquisitivo), ya pagaron varias cuotas, pero llegar hasta la otra orilla les parece una odisea en medio de malas nuevas cambiantes. 

Para poner un ejemplo abstracto, Federico Wahlberg, economista e integrante del colectivo Hipotecados UVA Autoconvocados, dice: "Si alguien sacó un crédito en UVA de $2.000.000 en enero de 2018 empezó con una cuota de $15.000 y hoy paga $27.000 por mes y debe $3.800.000". 

Para poner un ejemplo de carne y hueso, Gisel cuenta para este artículo: "Tengo 30 años, trabajo como empleada. Con mi familia sacamos un crédito UVA de $1.500.000. Pagamos un año y medio de cuotas, obteniendo la plata de alquilar el inmueble, un cuatro ambientes en Congreso. La última vez que preguntamos al banco nos dijeron que, a un año y medio de pagar las cuotas, debemos $3.500.000. Esto es una pesadilla así como está, es algo que me lo voy a sacar de encima dentro de otros 30 años, ya me voy haciendo la idea". 

Tras los resultados de las elecciones PASO y el desbarajuste económico posterior, el Gobierno nacional anunció que hay un acuerdo de congelamiento desde agosto hasta fin de año para quienes accedieron a créditos Pro.Cre.Ar y a quienes lograron su única vivienda con un valor al momento de compra menor a las 140.000 UVA (la cuenta es el valor de la propiedad en pesos que dice la escritura divido el valor de la UVA al día de escriturar). Estiman que son 100.000 casos. 

Wahlberg alerta: "Los créditos se siguen ajustando por inflación, en las cuotas y el capital. No sabemos qué pasará en enero, estimamos que va a saltar el crédito por toda la inflación acumulada en estos meses post devaluación". Fuentes del Ministerio del Interior de la Nación estiman que pasado este plazo se apelará a un proyecto de actualización en base al índice de salarios (CVS); se incluiría en el Presupuesto nacional 2020, que se debatiría recién en diciembre debido al clima de inestabilidad política previo a las elecciones generales del 27 de octubre. Muchas familias ahora se enteran que firmaron por un monto superior a 140.000 UVA. Varias consultadas señalan que reciben respuestas contradictorias en sus respectivos bancos. 

Pese a este escenario, para las autoridades porteñas la UVA sigue siendo una aliada. Ciudad ya entregó las llaves de los departamentos a las primeras 26 familias que firmaron el boleto de compraventa en el complejo Estación Buenos Aires, en el límite de Barracas y Parque Patricios, a los que accedieron mediante créditos con la tasa más baja de la Ciudad de hasta 30 años otorgada por el Banco Ciudad. Hay 2.396 departamentos, 73 comercios y 1.046 cocheras. Es el desarrollo urbanístico más grande del programa Pro.Cre.Ar.

Se aceptaron ingresos formales e informales (en el caso de los ingresos informales los vecinos deben ahorrar durante seis meses un máximo de 700 UVA mensuales en el Banco Ciudad, y este ahorro determinará el monto del crédito al que pueden acceder), y la tasa de interés es del UVA + 6,9%. Se pidieron ingresos familiares mensuales entre cuatro y ocho Salarios Mínimos Vitales y Móviles. Hay familias beneficiarias que también se están mudando al Barrio Olímpico de Villa Soldati, cuyos departamentos también se midieron en UVA. Los beneficiados están en alerta ante las novedades económicas y el miedo de afrontar deudas impagables. 

La UVA no es la única alarma post devaluación. En la Ciudad se están urbanizado varios asentamientos, como el Barrio 31 de Retiro o el Rodrigo Bueno de Costanera Sur. Las leyes que permiten estas "integraciones socio-urbanas" contemplan créditos en "condiciones iguales o más beneficiosas que las establecidas en la Ley N° 341 (para facilitar el crédito a familias vulnerables)". 

Este año se inauguraron sectores de Retiro como la Conteinera y pronto ocurrirá en la zona Barrio YPF; también se están mudando varias familias en Costanera Sur. Sin embargo, algunas familias de Rodrigo Bueno consultadas para este artículo manifestaron el temor de atrasarse en los pagos de los créditos. No es el caso de la UVA que aumenta según la inflación, pero están alerta sobre la suba en el costo de vida. Temen que llegue un momento en que sea más conveniente vender y mudarse a otro sitio. En torno a estos barrios en proceso de urbanización este es un factor de presión constante. 

Algunas familias de hipotecados UVA también piensan este camino. Vender la casa adquirida para no estar años atados a la deuda. "Estoy como helada, lo pienso seguido pero ya no sabés cuál es la mayor alternativa, cuando todo estalla todos los días te sentís perdido", dice Gisel. 

Tanto los hipotecados UVA como las familias que pujan por acceder a su vivienda urbanizada, están expectantes en días definitorios tanto para ellos como para el futuro del país. Wahlberg concluye: "Somos familias, no buscamos hacer negocios, sino acceder a un hogar: ahora estamos sobreendeudados".



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