Porteñas | Línea F del subte

¿Promesa electoral o realidad?

Con las elecciones encima, los políticos salen a pescar votos. Eso lo saben todos. Y prometen cosas, aunque sepan que nunca las cumplirán. Por ejemplo, que se harían “10 kilómetros de subte por año” en su gestión, como prometió Macri en 2007, antes de ser electo Jefe de Gobierno. Después, "pasaron cosas" y en este momento no queda en obra ninguna nueva estación de la red más antigua de nuestra América Latina.
Buenos Aires, 6 de agosto de 2019. A poco de haber librado al servicio las tres estaciones de la extensión de la Línea E que se habían construido durante el kirchnerismo, el gobierno porteño anunció que convocaría una licitación para realizar los estudios de ingeniería requeridos para la proyectada Línea F, que uniría Barracas con Palermo, yendo de norte a sur por las avenidas Entre Ríos y Callao. De concretarse sería un gran aporte a la conectividad y beneficiaría a la Comuna 3, que sumaría otra línea de subte a las cuatro que actualmente la recorren.

Proyectada hace tiempo, junto a las G e I, por una ley local votada en noviembre de 2001 que aprobó su construcción, los estudios también se han realizado más de una vez. "Es la tercera vez que lanzan una licitación para empezarla", descubrió la legisladora Andrea Conde del Frente de Todos, por lo que pidió un informe al Ejecutivo sobre los resultados y los gastos realizados en las ocasiones anteriores. "En el año 2011 SBASE ya había llevado adelante estudios sobre la traza que se repitieron en 2014 y 2017 sin lograr ningún avance en la construcción de la misma", expuso en los fundamentos de su pedido.

Es por esto que en el mundo del subte no faltan los escépticos que entienden que sólo se trata de una maniobra electoral y observan la real falta de impulso sostenido en el desarrollo de una red, cada día más necesaria. "Tras la inauguración de Correo Central, Catalinas y Retiro no queda ninguna estación de Subte en obra. Sáenz, la próxima que debería comenzar a construirse, frenada. La línea H, incompleta y sin perspectivas de ser terminada. Las líneas F, G e I no pasan de ser un proyecto: el tímido anuncio de estudios de ingeniería para la línea F no implica que haya obras en el corto plazo. Freno a la expansión de la red doce años después de la promesa de los "diez kilómetros de Subte por año", publicaba el portal Enelsubte.com el 4 de junio pasado.

Todo lleva tiempo 

Más allá de si se trata de un nuevo engaño electoral, no son cortos los tiempos requeridos para que pueda concretarse efectivamente una nueva línea de subte. Entre otras cosas, hay que conseguir el financiamiento, que aún no está resuelto. Más allá de eso, en una primera etapa de aproximadamente tres meses, la consultora ganadora de la licitación abierta el 15 de julio pasado, deberá validar y ajustar, el anteproyecto conceptual elaborado por Subterráneos de Buenos Aires, lo que abarca traza, accesibilidad, circulación y evacuación de los pasajeros, locales técnicos, etcétera. Asimismo, deberá presentar eventuales alternativas. Luego, tendrá seis meses para desarrollar la documentación correspondiente para la licitación de la construcción del ramal, que incluirá pliegos, memorias y planes de trabajo, entre otros. Todos plazos que empiezan a correr recién cuando resulte contratada. Después vendrá la obra misma y sus propios tiempos.

Según lo proyectado hasta ahora, la línea F discurriría entre Barracas y Palermo. El primer tramo (Barracas-Constitución) se haría en viaducto entre ambas manos de la Autopista 9 de Julio Sur. El resto de la línea se construiría en túnel, el primer tramo mediante método tradicional (entre Constitución y la avenida Entre Ríos) y el segundo (bajo las avenidas Entre Ríos-Callao, Las Heras y Santa Fe) con máquinas tuneladoras como las que se utilizaron en el soterramiento de la línea Sarmiento. 

La línea F permitiría combinar con todas las líneas de la red y con los ferrocarriles Roca y San Martín. En una segunda etapa se analiza su extensión bajo la avenida Luis María Campos hasta Barrancas de Belgrano, donde se encuentra la estación Belgrano C de la línea Mitre, recientemente rehabilitada.

Las conexiones que no se proyectan

Más allá del uso electoral del anuncio, lo que se conoce de la obra proyectada habilita al menos dos preguntas. ¿Por qué no se realiza una cabecera en Avellaneda, aunque sea elevada, como se propone para el tramo que recorrería en Barracas? Y, por otro lado, ¿por qué no se la extiende a Aeroparque, dado que Buenos Aires es una de las pocas capitales del mundo en las que no es posible acceder a la terminal área ubicada dentro de la ciudad por subterráneo?

Es probable que estos temas no se debatan. Por el lado del oficialismo, porque más allá del oportunismo electoral, no deben tener ninguna certeza de cuándo se podrá dar comienzo a la obra, en las condiciones financieras y económicas del país, hundido en una severa recesión por la política económica nacional. 

Por el lado de la oposición, la improbable realización de lo anunciado quita urgencia al planteo de alternativas. Y en todo caso, si les toca gestionar, tendrán que evaluar en qué condiciones podrán hacerlo. Entre tanto, el subte porteño hiberna, mientras espera que se resuelva un nuevo concesionario y se estira el tiempo del pingüe negocio de Metrovías, heredado del menemismo. 

Quizás si no destinasen fondos públicos a asegurar la ganancia empresaria de esos grupos prebendarios, se podría financiar con recursos propios de la Ciudad una expansión sostenida de la red de subte para mejorar la conectividad de los diferentes barrios y descomprimir un tránsito terrestre que ya no soporta la red existente. Pero eso sería pensar en la ciudad que sería bueno construir entre todos y las elecciones parecen no ser un buen momento para hacerlo.     


                                                                        Santiago Pujol

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