Editorial | Incertidumbre política

La adivina de Larreta

En tiempos en que se desvanecen todas las certezas en cuestión de minutos, hace falta una adivina para saber cuál va a ser el futuro. Al menos, eso parece que piensan en el gobierno porteño, que decidió contratar a una astróloga por una elevada suma de dinero, para anticipar el destino que les espera. Amenazado con la posibilidad de tener que reemplazar a Marcos Peña en la jefatura de gabinete nacional, en medio de una crisis de dimensiones épicas de la que nadie sabe en qué termina, Larreta ve cómo se deterioran sus planes presidenciales.
Buenos Aires, 4 de setiembre de 2018. Contratar una astróloga en la administración pública es una rareza de legalidad dudosa. Pero hacerlo en este momento refleja la profunda incertidumbre que padece la primera línea de gestión porteña. El contrato lo firmó el jefe de gabinete de ministros de Larreta, se conoció a fines del mes pasado e insume 430 mil pesos del erario, como pago para que María Luján Brinzoni realice 30 "evaluaciones psicométricas". 

Más allá de la anécdota, que no es risueña por la plata que implica en momentos que muchos padecen necesidades más acuciantes, revela los temores que afrontan los altos funcionarios porteños por su destino político. Larreta y su equipo venían zafando de la espectacular caída que sufrió la imagen presidencial desde la violenta represión de diciembre del año pasado y la quita de aumentos a las jubilaciones, pero ahora padece una doble amenaza. Si todo salta por los aires, no podrá guarecerse en el palacio de Parque de los Patricios y si pone el cuerpo para impedirlo, se pierde la chance de reelegir al frente del gobierno porteño.

Con un gobierno sin autoridad para evitar la crisis económica que provocó con sus acciones, muchos ven necesaria una fuerte señal política para intentar calmar las cosas. Un recambio de gabinete, que incluye la salida de su actual jefe, Marcos Peña. Para reemplazarlo, suena el nombre de Horacio Rodríguez Larreta, que acompañó a Macri ocho años en esa función en la ciudad de Buenos Aires. 

Ni Macri ni Larreta quieren esa salida. Macri porque teme que sea exitosa y Larreta se lleve el mérito, con lo que vería amenazada su propia posibilidad de plantearse la reelección presidencial. Larreta, por lo contrario. Teme que el fracaso lo arrastre a él también, frustrando su carrera política por muchos años. 

Pero la política a veces obliga y nadie conoce de antemano otra cosa que los riesgos que asume. Nunca los resultados. Macri creyó que exorcizaba la crisis económica recurriendo al FMI. Hasta ahora no funcionó. Ninguno apuesta mucho a que funcione en adelante. ¿Hasta dónde será la caída? Otra pregunta sin respuesta. ¿Qué hacer para salir de esta situación? Los aprendices de brujo ensayan sus respuestas, pero hace falta ser adivino para conocer el futuro que nos espera. 

Es lo que parecen haber pensado en el gabinete de Larreta. Y así lo resolvieron. Habrá que ver qué le dice su horóscopo al Jefe de Gobierno. Entre tanto y mientras pueda, se aferra a multiplicar la ejecución de pequeñas y grandes obras públicas, haciendo oídos sordos a las denuncias de corrupción que involucran a todas las empresas contratistas y a los funcionarios que las contratan.      

                                     Lic. Gerardo Codina
  


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