Editorial | Gestión triple cero

La paradoja porteña

Rodríguez Larreta lleva una década al frente de la administración porteña. Primero como Jefe de Gabinete de Macri en sus dos períodos y ahora, desde hace dos años, como Jefe de Gobierno. En todo este tiempo no pudo solucionar tres cuestiones que preocupan a todos los porteños. Ni el tránsito, ni la seguridad, ni la higiene urbana mejoraron con la gestión del PRO. Sin embargo, los votantes de este distrito le han dado mayoría y siguen revalidando su confianza en la escudería amarilla. Buenos Aires, 2 de enero de 2018. Diciembre multiplicó el caos del tránsito porteño debido a los vastos operativos de seguridad montados en ocasión de la reunión de la Organización Mundial de Comercio y del tratamiento de la reforma previsional en el Congreso. Más allá de eso, para cualquiera que deba trasladarse a diario, muchas áreas de la ciudad están virtualmente colapsadas por la multiplicidad de vehículos que intentan circular simultáneamente. El problema no es de fácil solución en ninguna parte del mundo, pero aquí se acentúa por el escaso control del cumplimiento de las normas de tránsito, que debieran hacer las autoridades policiales, y la ausencia de un planeamiento adecuado del espacio urbano. 

Las obras realizadas, como el metrobús en la 9 de julio, mejoraron en algunos casos la fluidez de la circulación, pero no han resuelto los problemas estructurales debidos a un transporte público insuficiente, muchas veces incómodo e inadecuado.

La expectativa puesta en la transferencia de la Policía Federal a la Ciudad no muestra todavía resultados palpables, pese a la evidente mayor presencia policial en las calles. Los barrios más peligrosos lo siguen siendo, como es el caso de Balvanera con el triste privilegio de ser el segundo por cantidad de robos violentos padecidos, después de Palermo, según el propio mapa de delitos que elabora el Gobierno. Si más policías en las calles no resuelven el problema, ¿qué habrá que hacer? Ya no se puede alegar que la culpa es del gobierno nacional, porque transfirió todos los recursos existentes para afrontar la cuestión.

La tercera cuestión en la que el gobierno del PRO se ha sacado cero es el tema de la higiene urbana. Con vocación publicitaria se asumió el objetivo de una ciudad "verde", pero Buenos Aires ni reduce, ni reutiliza, ni recicla, las tres erres que son bandera de los ecologistas en materia de residuos urbanos. Todo lo contrario, lo que enterró es la ley de Basura Cero, que sí significaba un compromiso serio en la materia. Además, la ciudad está sucia, salvo barrios exclusivos, como Puerto Madero.

Diez años es mucho tiempo para no poder avanzar en estos temas sensibles para todos los porteños. Echarle la culpa a los habitantes de la ciudad tampoco vale. Las autoridades tienen los recursos para promover conductas urbanas más responsables y, en todo caso, sancionar las transgresiones. Nada hizo en una década para lograrlo, salvo campañas esporádicas.

Pese a todo, los votantes de la ciudad han revalidado su representación, elección tras elección y nada parece fisurar ese vínculo, sustentado en la valoración de que se trata de un gobierno que hace obras, aunque muchas veces ya fueron hechas pocos años atrás. Quizás a la mayoría no le importe que la ciudad siga siendo insegura, sucia y un caos de tránsito.


Lic. Gerardo Codina  
 


Compartir nota en las redes sociales Enviar Imprimir

Dejanos tu comentario