Porteñas | Nueva escuela secundaria

Un debate con todos

La justicia llamó al Gobierno a dar más datos sobre su propuesta de reforma a todos los integrantes de la comunidad educativa (padres, estudiantes y docentes) en el marco de una audiencia de conciliación realizada el último día de octubre. También promueven la formación de una mesa de trabajo con representantes de padres y estudiantes para concertar los alcances de las transformaciones. Buenos Aires, 7 de noviembre de 2017. La noticia de que a partir del año que viene empezaría a implementarse un drástico cambio en la secundaria porteña, movilizó a docentes, padres y estudiantes para reclamar información primero y ser tenidos en cuenta en la elaboración de los cambios, después. No quieren ser testigos mudos de un cambio que los afecta y mucho.

Hubo marchas, tomas de escuelas, asambleas y explosiones de mensajes en las redes. También mucha presión mediática para hacer pasar la reforma decidida en las oficinas del Ministerio de Educación sin consultar a nadie. Setiembre fue el mes clave de la movilización, justo para conmemorar el Día del Estudiante.

También hubo recursos de amparo presentados ante la Justicia porteña. En total, tres. Hicieron su recorrido en primera instancia y llegaron por apelación a la Cámara que entiende en estos casos. Antes que dictar una sentencia, los integrantes de la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario se dedicaron a construir un espacio de diálogo, en el que pudiera resolverse el conflicto planteado del mejor modo posible.

Así la Cámara de Apelaciones instó al Ministerio de Educación de la Ciudad a brindar información sobre la llamada Secundaria del Futuro, además de hacer la propuesta de una mesa de trabajo con estudiantes y los asesores tutelares que los representan legalmente. En principio, la Justicia instó al Ministerio de Educación porteño a que brinde información sobre la reforma conocida como Secundaria del Futuro, que el gobierno local pretende aplicar en 2018. 

Fue el martes 31 en el marco de una audiencia donde se tramitan las tres cautelares que buscan frenar el proyecto durante un año para que se lo pueda debatir con la participación de toda la comunidad educativa. Tras la reunión y según lo acordado en el encuentro, el asesor tutelar, Gustavo Moreno, quien representa a los estudiantes secundarios, y los defensores oficiales que representan a los padres de los alumnos, elevaron el 1º de noviembre el requerimiento de información al ente educativo, que deberá contestarlo en dos días. 

Moreno señaló que "el tribunal entendió que la información fue insuficiente y por eso elevamos la solicitud con los puntos que deben ser informados. Los jueces además instaron a formar una mesa de trabajo que todavía no quedó constituida porque primero tenemos que ponernos de acuerdo con la información. Si no la dan, no podemos plantear nada".

Reforma sorpresiva

El diario La Nación publicaba el 6 de setiembre que "cuando la semana pasada comenzaron a conocerse detalles de la reforma ´Secundaria del Futuro´ que el ministerio de Educación porteño comenzó a compartir con directivos de todas las secundarias porteñas, muchos especialistas en educación e investigadores del mundo académico mostraron sorpresa. No tenían datos sobre la reforma planteada." La sorpresa no se limitaba a la novedad sino también a los objetivos. El mismo día afirmaba Clarín: "todos los alumnos de la secundaria deberán trabajar en el último año". Trabajadores baratos en una época que los jóvenes tienen crecientes dificultades de inserción laboral.

Claro que además para hacerlo, y no lo decía ninguno de los dos diarios, tendrían que eliminarse contenidos curriculares que sólo se estudian ahora en 5º año. En palabras de la especialista Leticia Garziglia, entre los contenidos del último año se incluyen los procesos históricos de la Argentina del siglo XX y literatura argentina y latinoamericana. "Si queremos formar ciudadanos conscientes, con memoria, críticos y activos, algo esencial en su trayectoria formativa es conocer qué pasó en su país en las últimas décadas, qué se escribió al respecto, en tanto literatura y en forma de historia. Eliminar estos contenidos no es otra cosa que un proyecto político para crear una sociedad sin memoria."

El nuevo diagrama imaginado por la gestión porteña incluiría dos años de ciclo básico, dos años de ciclo orientado y un quinto año que sería "integrador y formativo más allá de la escuela", de acuerdo con un documento que empezó a circular por las escuelas después que estalló el conflicto. Para este último año se contempla una parte del tiempo escolar destinado a aprendizajes dentro de empresas y otro al desarrollo de habilidades relacionadas con el emprendedorismo. Para el gobierno es la mejor forma de integrar la educación con el trabajo pero otras voces, especialmente del mundo sindical, afirman que se piensa en la formación de "mano de obra flexibilizada".

La reforma pretendida contiene elementos que, en principio, suenan atractivos. De aplicarse, ya no habría más “materias sueltas†sino que estarían integradas dentro "áreas de conocimiento". También pasarían al olvido las notas numéricas del 1 al 10. En cambio los alumnos serán evaluados con un sistema de "créditos" que contemplarán "todas las situaciones del aprendizaje". Tampoco se repetirá más el año completo, pues en su lugar se recuperará contenidos a contraturno. 

Además, habría un porcentaje de aprendizaje autorregulado a realizarse a distancia a través de la red. También se proponen actividades como la gamificación de los contenidos (transformación de una secuencia didáctica en un juego virtual con niveles a superar). Esta propuesta -por cierto innovadora y que puede despertar el interés de muchos estudiantes- requiere que todos los pibes tengan acceso en sus casas a computadoras y conexión a internet y que todas las escuelas cuenten con los recursos tecnológicos y de infraestructura suficientes para que los estudiantes puedan apropiarse de esta propuesta. Ninguna se cumple. Así las cosas, y como propone la justicia, hay mucho para resolver y conversar antes de cambiar.  

Norberto Alonso


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