Porteñas | Estación Once

2º en venta de pasajes

El año pasado la red metropolitana de ferrocarriles urbanos (excluyendo al Tren de la Costa) vendió 422.706.400 boletos. De esa cifra, casi el 38% es responsabilidad exclusiva de las diez estaciones más utilizadas de la red. Once fue la segunda, después de Constitución con casi 20 millones de boletos vendidos. Otras tres estaciones del Sarmiento figuran entre las diez que más pasajes venden: Merlo, Morón y Moreno, en ese orden. Inaugurarán este mes la extensión de la Línea E a Retiro.
Buenos Aires, 30 de abril de 2019. La red ferroviaria metropolitana vendió en 2018 casi 423 millones de boletos, el 38% de los cuales fueron en las diez estaciones de mayor demanda. Plaza Constitución, Once, Retiro Mitre, Lomas de Zamora y Merlo, fueron las más utilizadas. 

De mayor a menor, las estaciones que más boletos vendieron en 2018 son Plaza Constitución (50.431.523), Once (19.875.996), Retiro Mitre (16.512.192), Lomas de Zamora (13.150.565), Merlo (11.272.582), Morón (11.036.694), Lanús (10.751.115), Moreno (10.069.483), Federico Lacroze (9.878.644) y Glew (7.551.128). De esas diez, cuatro pertenecen a la línea Roca y cuatro a la línea Sarmiento, las dos más demandadas de la red, mientras que las restantes dos pertenecen al Mitre y al Urquiza. Por el paro, hoy la línea Sarmiento quedará con su servicio afectado, por lo que el movimiento habitual de personas en sus inmediaciones, se verá afectado.

Analizando las cifras de ferrocarriles no sorprende que las dos líneas de Subte cuya demanda creció en mayor medida el año pasado sean la H (+24%) y la C (+15,2%). Justamente, son aquellas que poseen estaciones de combinación con las tres terminales ferroviarias más utilizadas.

Extensión de la Línea E

La prolongación de la línea E hasta Retiro, lo que está previsto para este mes, incidirá probablemente en un incremento de la cantidad de pasajeros que puedan utilizarla. Hasta ahora, esa línea que recorre San Cristóbal en toda su extensión, es la única que no toca ninguna estación ferroviaria a lo largo de su recorrido, lo que acaso explique en parte su histórica posición como la menos utilizada de la red. Además, la extensión dotará a la línea E de dos nuevas combinaciones con la red de Subte: con la línea B, la más utilizada de la red, con la cual no conectaba, amén de una segunda combinación con la línea C.

Pero lo más significativo, además de poder transitar por el Bajo donde no había subterráneo, será que proveerá a la línea E de una conexión con las terminales ferroviarias de Retiro. La estación de la línea Mitre, por caso, es la tercera más utilizada del área metropolitana, lo que tendrá un impacto indudable sobre la demanda. Es que la línea E, exceptuando el breve período (1944-66) en que operó con cabecera en Constitución, es la única de la red de Subtes que no tocaba ninguna línea ferroviaria. Eso habrá de cambiar ahora, pero no será todo lo fácil que debiera. Si bien originalmente estaba previsto un pasillo de combinación directo al hall de Retiro Mitre, este no se culminó y quedará cerrado por el momento, por lo que los usuarios que quieran combinar Subte y tren deberán salir a la calle o bien utilizar la combinación con la línea C.

Tanto las nuevas estaciones Correo Central (donde ahora está el Centro Cultural Kirchner) como Catalinas y Retiro son muy similares entre sí. Las tres cuentan con amplios vestíbulos con mínimas diferencias estéticas y andén central. Su fisonomía recuerda a la de otras estaciones de la red como San Pedrito, cabecera de la línea A. Esta solución fue adoptada debido a que se decidió que la extensión sería construida con túneles independientes de vía simple, con escasas y cortas secciones de vía doble.

Las nuevas estaciones prometen cambiarle la cara a la línea E, no sólo por la mayor demanda, sino también porque su apertura viene acompañada de otras importantes inversiones, algunas de ellas postergadas por largos años. Tal es el caso de la renovación de vías a lo largo de toda la traza y la habilitación del Taller Lacarra. Voceros oficiales destacaron que la línea E es la que “mayor inversión está recibiendo†debido a que es, justamente, “la más atrasada†y aquella donde se observa un déficit de servicio más importante.

Según explicó el presidente de SBASE, la extensión demandó una inversión de "aproximadamente" 200 millones de dólares, la mitad de los cuales corresponden a la obra civil ejecutada por el Estado Nacional hasta 2015, luego transferida a la Ciudad. Los 100 millones restantes se reparten, siempre "aproximadamente", de la siguiente manera: unos 30 millones en el Taller Lacarra, 10 millones en la renovación de vías y los restantes 60 millones en señalamiento, comunicaciones, catenarias, equipamiento electromecánico, ventilación, ascensores y escaleras mecánicas, etcétera.



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