Comunales | El Guernica gallego en disputa

El cuadro de la polémica

De la crisis del Centro Gallego de Buenos Aires, uno de los más importantes de esa diáspora en el mundo, se ha publicado mucho. Pero poco se sabe del trasfondo ideológico que encierra. La exhibición en Galicia por primera vez de una de las mayores obras de arte gallego, que alberga el Centro, y las polémicas que generó, da la pista de lo que está en juego.
Buenos Aires, 8 de enero de 2019. "La última lección del maestro", el título que le dio Alfonso Rodríguez Castelao, es considerada el ´Guernica´ gallego, en referencia al famoso cuadro de Picasso. Fue pintado en 1945 como homenaje a Alexandre Bóveda, economista y político galleguista asesinado a poco del estallido de la guerra civil, específicamente para la conmemoración del noveno aniversario de su muerte, en el Centro Orensano de Buenos Aires. En él se muestra a un maestro asesinado ante dos niños que se lamentan conmocionados, reproduciendo así una de las prácticas más habituales de la represión fascista en los pueblos y aldeas gallegas tras el golpe de Estado de 1936 encabezado por Francisco Franco.

Castelao, como otros miles de republicanos, vivió en el exilio y murió aquí, precisamente en el Centro Gallego de Buenos Aires, el 7 de enero de 1950, hace 69 años. Activo defensor de la cultura gallega y político nacionalista, es considerado el máximo prócer de Galicia y artista casi renacentista (pintaba, dibujaba, escribía, además de ser médico y político). Fue ministro sin cartera del gobierno republicano en el exilio en representación de los gallegos. Él y la poeta Rosalía de Castro son los dos máximos símbolos de su pueblo.

Para medir su significación entonces y ahora, vale el dato de las instrucciones acerca de cómo tratar la noticia de su muerte que emitió en su momento la Dirección General de Prensa del Gobierno de España. 
"Habiendo fallecido en Buenos Aires el político republicano y separatista gallego Alfonso Rodríguez Castelao se advierte lo siguiente:
La noticia de su muerte se dará en páginas interiores y a una columna. Caso de insertar fotografía, esta no deberá ser de ningún acto político. Se elogiarán únicamente del fallecido sus características de humorista, literato y caricaturista. Se podrá destacar su personalidad política, siempre y cuando se mencione que aquella fue errada y que se espera de la misericordia de Dios el perdón de sus pecados. De su actividad literaria y artística no se hará mención alguna del libro ´Sempre en Galiza´ ni de los álbumes de dibujos de la guerra civil.
Cualquier omisión de estas instrucciones dará lugar al correspondiente expediente".

Mencionar a Castelao estaría prohibido durante los largos años de la dictadura franquista. Ese tiempo quedó atrás, tras varias décadas de recuperación democrática en España. Pero no todos los fantasmas están exorcizados. 

La llegada del cuadro de Castelao a Galicia, despertó las pasiones dormidas. En principio, por la iniciativa del gobierno regional, presidido por exponentes del Partido Popular de derecha, el lugar elegido para exhibirlo fue la Cidade de Cultura de Santiago de Compostela, ideado por Manuel Fraga Iribarne, quien fuese ministro de la dictadura de Franco y que tiene el dudoso mérito de haber firmado las últimas sentencias de muerte de aquel régimen. 

Para echar más leña al fuego, al recibirlo en ceremonia oficial, "De pie frente al óleo y con las tablas del embalaje recién destornilladas, el presidente Núñez Feijóo dejó a todos anonadados con una curiosa interpretación de la obra: según dijo, transmite ´la defensa de la educación frente al fanatismo´ porque ´una educación en libertad es el medio para la promoción de los valores democráticos´. "Del régimen político que asesinó a cientos de maestros republicanos, nada. De la muerte sanguinaria del protagonista de la obra, ni una palabra. Tampoco del exilio del pintor, ni de la prohibición de hablar de él que dispuso el franquismo tras su muerte", publicó Clarín días atrás. El discurso negacionista del Presidente gallego desató tempestades inmediatas. A escasos metros se encontraba la nieta del retratado (el intelectual Alexandre Bóveda fusilado el 17 de agosto de 1936), que se negó a aparecer en la foto oficial del acto y se fue de la sala superada por la falta de rigor histórico y de respeto. Un rato después, el titular de la fuerza política En Marea, Luís Villares, denunció: "Este cuadro debe recordarnos que tenemos una cuenta pendiente con todos los gallegos asesinados, humillados, con las violadas... Es necesario que maestros que aún están enterrados en las cunetas puedan ser exhumados", agregaba.

Como si esto fuese poco, algunos allá están pensando en retener la obra en Galicia. Intención que tras la apariencia de un homenaje, encierra la idea de negar la tragedia de la emigración y el exilio forzoso. El titular del Centro Gallego de Buenos Aires, José María Vila Alén, repitió hasta el cansancio que "el óleo de Castelao tiene un hogar que está aquí en Buenos Aires. Es una obra de la emigración, lo pintó un exiliado que murió en la emigración. Es un insulto sugerir que abandone su lugar".

Ese patrimonio también está en juego en la crisis del Centro Gallego, que la Xunta de Galicia presencia sin mover un dedo. No es sólo un patrimonio gallego. Como habitantes de esta tierra que contribuyeron a construir, esos emigrados, como los de tantos otros pueblos, también son parte de esta Argentina. Su legado forma parte del patrimonio de los argentinos. Aunque tampoco aquí las autoridades hagan nada para protegerlo. 


Norberto Alonso


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