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Desencuentro

El presidente de la Diputación de Ourense, una de las cuatro provincias gallegas, estuvo en Buenos Aires y visitó el Centro Gallego, pero no se entrevistó con sus autoridades. Entre tanto, trabajadores de la vieja mutual hoy en crisis, denunciaron que se pretende realizar un negociado inmobiliario con su sede, a costa de anular su tarea asistencial.
Buenos Aires, 20 de noviembre de 2018. El corresponsal del portal de noticias Galiciapress, Manuel Vilas López, informó desde Buenos Aires a sus lectores el pasado viernes la decepción del presidente electo del Centro Gallego de Buenos Aires, Ramón Suárez, por la actitud del presidente de la Diputación de Ourense, José Manuel Baltar, de quien, según dijo, se enteró de que visitaría el Centro por medio de una publicación en facebook que convocaba a una protesta gremial para el martes 13 a las 12 horas, con su presencia. Según el directivo aguardó "hasta el último momento" una notificación oficial con el anuncio de su visita pero ésta nunca llegó.

El presidente electo del Centro Gallego de Buenos Aires, Ramón Suárez, expresó, mediante un comunicado de prensa, su "tristeza por la visita de Baltar". En una misiva que hizo llegar a los medios de comunicación, Suárez expresó su decepción por la actitud del presidente de la Diputación de Ourense, José Manuel Baltar, de quien, según dijo, se enteró de que visitaría el Centro por medio de una publicación en facebook que convocaba a una protesta gremial para el martes 13 a las 12 horas, con su presencia.
Según el directivo aguardó "hasta el último momento" una notificación oficial con el anuncio de su visita pero ésta nunca llegó.

"Conjuntamente con el interventor –ahonda en la carta–, además de la ansiedad para poder dialogar, teníamos preparado un escrito para entregarle. No pudo ser. El ilustre visitante eligió estar en nuestra casa, que es la de todos los gallegos, sin reunirse con sus autoridades, entre carteles con el ya tristemente célebre eslogan ´Salvemos al Centro Gallego´". Ramón Suárez lamentó que el presidente de la Diputación de Ourense no haya dedicado unos minutos de su visita al emblemático Centro Gallego a "conversar con la autoridad vigente, el interventor judicial, y las vigentes electas en los comicios de septiembre de este año".

Denuncia gremial

La operación que podría salvar al Centro Gallego de Buenos Aires de la quiebra esconde un negociado inmobiliario. Esta es la opinión de uno de los sindicatos que representan a los cientos de trabajadores de la histórica entidad, operarios que en muchos casos arrastran hasta 13 meses de impagos. Yolanda Guitian, del Sindicato de Salud Privada de la CTA Autónoma alertó esta semana que "creemos que apuestan a vender el hospital vaciado para un negocio inmobiliario".

Se refiere a los rumores de una posible venta del céntrico inmueble, en pleno centro de la capital de Argentina, a Ribera Salud. Esta empresa, de capital de EE.UU, presentó el año pasado una oferta, que no salió adelante al no lograr el acuerdo de los socios.  Sin embargo, esta semana otro sindicato, la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA), adelantó que "en estos días se está terminando de cerrar el acuerdo que traiga una inversión de 50 millones de dólares generando la salida, en términos de la continuidad, como hospital".

El actual presidente del Centro Ramón Suárez ´O Muxo´, reconoce que o venden el Centro o quiebran, pero quiere un acuerdo que garantice la cobertura sanitaria a los 4.000 socios que quedan (llegó a tener más de 100.000) y la conservación del patrimonio cultural y del uso cultural de parte del edificio de avenida Belgrano. 

Los trabajadores ponen en duda la continuidad como hospital del Centro Gallego. Las enfermeras alertan del continuo vaciamento del hospital, que sigue estos días. De los cientos de camas que llegó ofertar, quedan operativas menos de media docena. Los afiliados a la CTA denuncia que ATSA, el sindicato que adelantó la inversión de 50 millones de dólares, es cómplice del interventor, nombrado por el Gobierno. En su opinión, están ejecutando una estrategia de arruinar el hospital por completo para forzar a los socios a tragar finalmente el cese de la actividad asistencial, facilitando así consumar el negociado inmobiliario. De este modo el Estado argentino podría cobrar la enorme deuda en aportes previsionales, uno de los factores que provocó que el Centro no esté hoy dirigido por los emigrantes gallegos, sino por un interventor, Martín Moyano, nombrado por el Gobierno.

Una cuestión esta última muy importante políticamente en Galicia. El Centro Gallego atesora una gran biblioteca y la que es probablemente la mayor colección pictórica privada de pintores gallegos del siglo XX, con obras de Díaz Pardo, Seoane o Castelao, en cuyo hospital falleció. Con todo, ni Estado ni Xunta han movido un dedo para rescatar el histórico predio de avenida Belgrano y sacar al centro de su agonía actual, recelosos del embrollo argentino, mas allá de mostrar interés por salvar el patrimonio cultural. 



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