Comunales | Empresas en crisis

Centenares pierden su trabajo

En pocos días, dos firmas importantes con sede en el área industrial del barrio de Balvanera anunciaron el cierre de sus plantas fabriles. La sastrería Agrest y Freddo, la conocida elaboradora de helados anunciaron que no continuaran sus actividades. Freddo piensa tercerizar la producción en otras fábricas de helados y Agrest declaró su quiebra, aunque los propietarios continuarían su actividad con otra firma. Los que perdieron fueron los trabajadores. Son 60 en Freddo y 196 en Agrest. Se suman a los del Centro Gallego, en crisis de hace meses; los de Oca, con una amenaza de quiebra y los de muchos pequeños y medianos comercios que cerraron en los últimos meses.
Buenos Aires, 11 de setiembre de 2018. Con el anuncio de una "reconversión" de su negocio, la empresa Freddo dió la mala noticia a sus trabajadores el jueves pasado mediante un comunicado. La empresa, líder en su rubro, decidió cerrar la planta de producción de los helados Freddo, ubicada en Venezuela y 24 de noviembre, enfrente del predio del Hospìtal Ramos Mejía y a dos cuadras donde hace tres meses atrás cerró la distribuidora de productos de limpieza Primo Hermanos, dejando otras decenas de desempleados.

Freddo es una cadena que en parte pertenece al fondo de inversión Pegasus creado por el ex vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, al igual que Farmacity. Decidieron tercerizar la fabricación y mantener abiertos los locales de venta. Según fuentes de la compañía, el cierre de la planta se enmarca en "un proceso de reconversión del negocio". Ya eran conocidos los problemas financieros de la empresa, que desde hace unos meses tenía cartel de venta. Inclusive, hubo varios interesados en adquirirla, entre ellos la multinacional Unilever, que talla en el mercado alimenticio.

Respecto del cierre de la fábrica, fuentes vinculadas al gremio de los pasteleros confiaron a este diario que "no hubo conversaciones" sobre la decisión de la compañía. "Solo sabíamos que iban empezar a franquiciar los locales", señalaron. 

Freddo cuenta con 80 locales, de los cuales la mitad son propios y el resto, franquiciados. En total, tiene 287 empleados: 60 trabajan en la planta, donde hasta anoche permanecían en sus puestos de trabajo ante el temor de ser echados. 

Según fuentes gremiales, antes del cierre de la planta se venía hablando de la voluntad de la compañía de franquiciar el negocio. Y afirmaron que, desde mes pasado, se abrió un programa de retiros voluntarios.

Según Luis Hlebowicz, titular del gremio de pasteleros, la medida "fue una sorpresa". "Esperemos que se pueda ubicar a la mayor cantidad de compañeros porque son trabajadores con mucha experiencia", dijo.

La quiebra de Agrest

La casa de sastrería Agrest S.A. cerró e informó una supuesta quiebra a sus 196 trabajadores y trabajadoras con un papel pegado con cinta en la puerta de la fábrica. La mañana del lunes 3 de setiembre el barrio de Once amaneció con la noticia del cierre de una fábrica y comercio de ropa. Agrest comunicó a sus trabajadores la supuesta quiebra de la empresa y decidió dejar 196 personas en la calle.
 
En la esquina de Alsina y Avenida Jujuy, un grupo de personas protestaba frente a la puerta del lugar donde confeccionaban trajes y ropa muy elegante, que los dos locales de la marca lucían hasta el sábado en sus vidrieras. En el lugar sobre Jujuy, funcionaba la fábrica y al lado uno de los comercios.

Los dueños de Agrest pagaban salarios que rondaban los $16.000, en teoría, por jornadas de 9 horas y media de lunes a viernes. Según denunció una de las trabajadoras, nunca les pagaban lo que correspondía. "A mí me deben casi dos meses, el aguinaldo y las vacaciones y en los vales que nos daban nos pagaban lo que ellos querían, ni siquiera nos daban la plata que teníamos que cobrar. Siempre nos manosearon como quisieron. No sabías si ibas a ir con mil pesos, con dos mil pesos a tu casa los viernes. Y nunca nos aportaron a la Anses".

"Al otro local ubicado sobre calle Córdoba lo vaciaron el sábado. Hacía diez años que no cobrábamos el sueldo al día, haciendo horas extra, con repros. Venían a cortar el gas o el agua y lo arreglaban con coimas, estaba todo preparado" sostuvo Pedro Monzillo, otro trabajador de Agrest.

"Como quien dice estos señores se tiraron a la quiebra ellos mismos. Tenían un acuerdo con AFIP para no pagar aportes ni ART. Después hicieron una empresa paralela para financiarse ellos mismos. O sea, con la empresa nuestra original cobrábamos monedas mientras ellos facturaban fortuna con otra empresa que habían hecho. Era una empresa fantasma sin ningún empleado. Llegó un momento en que facturaban 20 boletas de Agrest y 100 de la otra empresa, Ideas y Diseño Siglo XXI".

"Con la otra empresa habían facturado entre 70 y 80 millones, más 8 millones que se quedaron de los aportes nuestros. En el Banco Provincia están sus cuentas. Somos 196 familias. Decían que íbamos a seguir hasta que un día decretaron una quiebra que según la jueza era con continuidad el 3 de agosto. Siguieron comerciando con un síndico que los defendía más a ellos que a nosotros. Siguieron facturando y trabajando en los locales como si no pasara nada. Ahora nos encontramos con la empresa clausurada, pero no hay ninguna faja de la jueza ni firma de ella. La única firma es la del abogado de ellos. Ellos mismos cambiaron la cerradura. Nadie se comunicó con nosotros. A esto lo vaciaron entre sábado y domingo. Lo que indigna es la impunidad que tienen porque hace años que vienen así", finalizó Monzillo.


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