Comunales | Sociedad Hebraica Argentina

Rechazan la venta

Un nuevo abrazo solidario contra la venta del histórico edificio de Sociedad Hebraica tuvo lugar la semana pasada. El domingo 2 de setiembre se evaluará en una asamblea de asociados el destino del inmueble. Pretende adquirirlo definitivamente el sindicato de encargados de edificios para la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET).
Buenos Aires, 28 de agosto de 2018. Una disputa tiene lugar por estos días al interior de la Sociedad Hebraica Argentina (SHA), que cumplió 90 años. El eje es la tradicional sede de la calle Sarmiento, en Once, que podría ser vendida para construir una universidad. Según el comunicado que recibieron los socios, el próximo 2 de septiembre se evaluará la oferta del SUTERH, el sindicato de encargados de edificios cuyo secretario general es el político, empresario y dirigente deportivo Víctor Santa María para comprar el edificio. Sin embargo la propia venta, así como también el precio propuesto, unos 9 millones de dólares, despiertan dudas entre los miembros del SUH.

En un intento por impedir la venta unos 300 socios se acercaron el jueves de la semana pasada hasta la sede de la calle Sarmiento para participar de la iniciativa de un abrazo popular simbólico. La actual comisión directiva de la Sociedad Hebraica llamó a tratar en asamblea extraordinaria el próximo domingo, según denuncian, sin el aval de gran parte de los miembros de la entidad a los que se les quiere impedir la participación.

La SHA tiene 6500 socios, de los cuales un grupo -que incluye a la conducción- quiere vender el edificio ubicado en Sarmiento 2233, entre Pasteur y Uriburu. Alegan que el lugar "está obsoleto" y que produce un déficit económico. Quieren enfocarse en la sede de Pilar e inaugurar una nueva en Belgrano. Otros se oponen al destacar el valor histórico, sentimental y patrimonial del inmueble. Creen que hay otras salidas que no incluyen la venta. Además, denuncian "irregularidades" en la forma en que se avanza con la decisión.

La Sociedad Hebraica Argentina fue creada en 1936. El club empezó a funcionar en la década del 40 sobre el edificio de la calle Sarmiento. En los 60, la sede fue ampliada a través de la construcción de una torre, que se mantiene en pie hasta hoy. Hebraica es un ícono entre las asociaciones y centros de la comunidad judía, junto a Macabi y Hacoaj. Se destacó por décadas no sólo por sus actividades deportivas sino especialmente por su oferta cultural: obras de teatro, exposiciones y exhibiciones de films. De hecho, en la sede Sarmiento funciona el prestigioso Teatro SHA.

En esas instalaciones dieron conferencias Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato y hasta Pedro Almodóvar, entre otros referentes de la cultura. Hubo ciclos de cine, teatro, se practicaron los más diversos deportes, ajedrez, ping pong o voley. Tiene siete murales, uno de ellos de Antonio Berni, declarados en 2015 Patrimonio Cultural de la Ciudad y que más allá de quién sea el dueño del edificio, no pueden tocarse. Pero por sobre todo, la tradicional sede, es parte de la cultura porteña. "Quisieron instalar que la institución no es un edificio, que no hay que aferrarse a un monumento, pero esta es la casa de mucha gente, muchos que se fueron a vivir a otros países hoy no pueden creer que se quiera vender Sarmiento", compartió uno de los alrededor de 300 socios que se oponen a la venta y que participaron del abrazo a la tradicional sede.

Santa María es, sin embargo, un dirigente conocido por los socios. En 2015, en una asamblea que se realizó en el predio de Pilar, las autoridades le vendieron una parte de la torre, una extensión del edificio de calle Sarmiento por 3,5 millones de dólares. "Se le vendió con la excusa de renovar con esa plata la otra parte de la sede, lo que no pasó, lo que nos hace sospechar que esto es en realidad una compra en dos partes", manifestó Bromberg, socio vitalicio de la institución.

"Fueron cortando actividades, antes abría 8 de la mañana, hoy abre al mediodía, la pileta estuvo cerrada, sacaron a los grupos de chicos que venían los sábados, que eran muchos, cortaron ajedrez, ping pong, voley, no quisieron alquilar el teatro, hubo una oferta de una cadena de gimnasios que se dejó de lado", enumeró, antes de opinar que "hubo mucho para hacer que no se hizo", si se hubiera querido frenar la venta.

Ahora, en el marco del abrazo simbólico, Bromberg destaca que el hecho de que la votación -una vez más- se haga en Pilar, tampoco le suena casual. "Hay mucha gente grande, vitalicios, yo no sé cuantos van a ir para allá", admitió sobre la posibilidad torcer el destino del edificio en una votación el próximo 2 de septiembre, y agregó: "le hacen difícil a los socios de Sarmiento participar".

Por su parte, el presidente de Hebraica, Diego Dinitz, argumentó sobre los motivos por los cuales se quiere vender la sede: "Hace muchos años los socios abandonaron la sede Sarmiento. Sobre 6500 socios, solamente 200 concurren a la sede Sarmiento. Conforme a nuestros registros, el 40 por ciento vive en Belgrano. Y si se suma el corredor norte, es decir, Barrio Norte, Palermo, Núñez, Villa Urquiza, allí vive el 75 por ciento. El resto está repartido en Villa Crespo, Almagro, Caballito y Flores. El último en la escala es el Once". "Hebraica no se vende. Estamos mudando la sede a una nueva, que ya es propiedad nuestra y que a fin de año estará funcionando en Ciudad de la Paz al 1000, para ahí recuperar lo que fue Hebraica siempre, un faro social y cultural", agregó.

El nuevo edificio fue entregado por Suterh como parte de pago. Consultado acerca de sus dimensiones, Dinitz dijo: "En la sede actual se dedican unos 350 metros cuadrados a la actividad social y cultural. La nueva sede tiene 950 metros. Así que estamos triplicando la cantidad de metros destinados, en un edificio más moderno, con tecnología de última generación, para mayor confort".


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