Sociedad | Conmemoración del atentado a la AMIA

El Muro de la Memoria

La imponente obra del artista plástico Martín Ron, "El Muro de la Memoria", se presentó oficialmente el viernes pasado, a días de cumplirse 24 años del mayor atentado terrorista sufrido por nuestro país. El gigantesco mural, que puede verse en su totalidad desde el exterior del edificio de Pasteur 633, fue recibido con gran aceptación y logró una relevante repercusión en los medios de comunicación.
Buenos Aires, 3 de julio de 2018. Inauguraron un mural para recordar a las víctimas del atentado a la AMIA. Periodistas, funcionarios y referentes comunitarios, familiares de las víctimas, autoridades y empleados de AMIA, asistieron el viernes 29 de junio a las 9.53, hora de explosión de la bomba, a la sede de Pasteur 633. Entre los asistentes estuvo el ministro de Cultura porteño, Enrique Avogadro, quien calificó la obra como "un enorme aporte al arte y a la cultura de la ciudad de Buenos Aires", así como también "a la construcción de un futuro mejor basado en la integración y la convivencia".

Como parte de las iniciativas relacionadas con el próximo aniversario del atentado a la AMIA, la institución inauguró el "Muro de la Memoria", un imponente mural realizado por el artista Martín Ron. La obra recuerda a las víctimas del atentado a la AMIA con un mural realizado con dos vigas del edificio original.

"Lamentablemente no está a nuestro alcance hacer justicia, pero sí generar acciones a través del arte y la comunicación que mantengan viva la memoria", expresó el presidente de AMIA, Agustín Zbar, al tiempo que recordó el ataque perpetrado en 1994 por el terrorismo fundamentalista islámico, por el que al día de hoy, no hay ninguna condena a sus responsables.

Con la curaduría y coordinación general de Elio Kapszuk, director del Espacio de Arte AMIA, el Muro de la Memoria buscó, en principio, volver a hacer visibles las marcas del viejo edificio de la institución que permanecieron tras la destrucción, y poder resignificarlas a partir del arte urbano ("street art").

"La obra es emblemática, no solo porque las columnas sobre las que se creó son la única memoria arquitectónica que se conserva del viejo edificio, sino también debido a sus enormes proporciones, que permiten verla por completo desde el exterior del edificio y recordar inmediatamente que este atentado nos sucedió a todos", advirtió Kapszuk.

Ron, considerado uno de los diez muralistas más importantes del mundo, agradeció la convocatoria para realizar la obra y destacó "el poder del arte al servicio de la comunidad para transformar los barrios y mantener viva su memoria".

Sobre las columnas del viejo edificio, el artista trazó dos líneas paralelas que dieron forma a una escalera, por la que asciende una persona entre una multitud que reclama justicia. "Esta escalera representa mucho: es la escalera que nos falta para llegar a la justicia", afirmó Sofía Guterman, madre de Andrea, una de las 85 víctimas del atentado. "La impunidad quiere taparlo todo y no lo vamos a permitir", declaró.

El atentado y la memoria

El edificio de la AMIA, la mutual israelita en Buenos Aires, ubicado en Pasteur 633, pleno barrio de Once, sufrió un atentado terrorista brutal que lo dejó convertido en escombros. Una bomba explotó a las 9.53 del 18 de julio de 1994 y provocó la muerte de 85 personas. 
 
El día que estalló la bomba, el edificio -que había sido construido en 1945- se desplomó íntegro. En el pozo y sobre sus ruinas fue construido uno nuevo, el actual, que se inauguró sólo cinco años después de la explosión, en 1999. Sobre un lateral, "apoyadas" en la medianera, están las dos vigas que fueron intervenidas por Ron.
 
En este paño gigante, Ron hizo un mural que refleja una herida aún abierta en la historia argentina. "Las columnas sobre las que se creó el mural son la única memoria arquitectónica que se conserva del viejo edificio. Si bien la obra de Ron puede tener diferentes interpretaciones, una de ellas es que esas columnas, que resistieron el peor ataque terrorista que sufrió el país, sostienen el reclamo de Justicia", opinó a Clarín Elio Kapszuk, director del Espacio de Arte AMIA.
 
Martín Ron trabajó para llegar hasta este diseño en el que esas dos vigas que sobrevivieron el estallido se transformaron en escaleras: "Logramos resignificarlas. Creo que fue uno de los desafíos más grandes en los que trabajé", confesó el artista a Clarín. "La escalera conecta. Está apoyada en la tierra, rodeada de un reclamo colectivo -de las familias, las víctimas y la sociedad- y se dirige hacia arriba, hacia el cielo. Creo que pudimos plasmar la idea de recordar como un ejercicio necesario", explicó Ron.
 
Generalmente, en el arte callejero los muralistas trabajan de manera libre y plasmando sus propios universos: "Siempre hay un disparador y un concepto, por supuesto. Pero en este caso hubo un trabajo colaborativo con la gente de AMIA y un ejercicio de investigación muy enriquecedor. Por otro parte, hacerlo me introdujo en un universo nuevo", contó el artista.

Una de las historias que descubrió Ron es la del "Sueño de Jacob", un pasaje del libro "Génesis", en donde se hace mención a una escalera: Jacob soñó que había una escalinata apoyada en la tierra, cuyo extremo llegaba hasta el cielo, y por la que subían y bajaban los ángeles. "Yo estoy contigo. Te protegeré por dondequiera que vayas. No te abandonaré hasta cumplir con todo lo que te he prometido", le dice el Señor a Jacob.

El artista

Martín Ron nació en Caseros, provincia de buenos Aires, el 13 de marzo de 1981. Es un artista correspondiente al movimiento del arte urbano. Es conocido como uno de los diez mejores muralistas del mundo, co-fundador del programa "Embellecimiento Urbano", desde 2010 se desempeña como director artístico del mismo en el Partido de Tres de Febrero realizando más de 250 murales junto a diferentes colaboradores. Fue el primero en pintar un mural de grandes dimensiones en el Barrio de Villa Urquiza (Buenos Aires) y participó de numerosas intervenciones en muchas estaciones del Subte de Buenos Aires. Con proyección internacional, ha pintado murales en ciudades como Londres, Tallin, Penang (Malasya), Brístol, Miami, Tenerife, Bremen, Glauchau llevando color y vida a las calles. 

Sus obras a gran escala se caracterizan por el estilo hiperrealista, con el uso de colores fuertes, texturas y elementos de la vida cotidiana. Ha trabajado con la técnica del 3D, dándole más realismo a su obra, uno de sus sellos personales es el uso de la cuadrícula que está presente en la varios de sus murales. También es un artista sobre lienzo usando este soporte para la expresión de otro tipo de arte, en menor escala, pero con muchos de los elementos que lo caracterizan.

Estudió Gestión de arte y cultura en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, una de las denostadas casas de altos estudios del conurbano. Allí luego se desempeñó como docente dictando cursos de Muralismo. Actualmente continúa desarrollando seminarios y talleres de manera independiente.

Participó de la primera y segunda edición del festival internacional Meeting of Styles que se hizo en Buenos Aires. En su segunda participación pinto un enorme mural de una tortuga marina con efecto 3D, estilo hiperrealista y con colores vivos, "Pedro Luján y su perro" fue el título de la obra.

Junto a otros artistas desde el 2011 llevó adelante una serie de murales a gran escala en homenaje a los iconos de la cultura popular.6? Las figuras homenajeadas fueron Carlos Tévez , que se encuentra en su barrio natal Ejército de los Andes, Diego Armando Maradona, Isabel Sarli y el cantante La Mona Jiménez.

Participó en a la celebración de los "Cien años del Subterráneo" pintando una formación completa del Subte Línea A. La obra reunió a los 100 personajes referentes de la historia Argentina; Julio Cortázar, Mercedes Sosa, Carlos Tévez, Juan Manuel Fangio, Luis Alberto Spinetta retratos con colores fuertes y el uso de la cuadrícula.


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