Porteñas | Educación en crisis

Escuelas cerradas

Otra vez las clases no empiezan en la Ciudad. De nuevo, por una oferta salarial que achica los sueldos docentes. Los pibes, rehenes de una política que piensa la educación como un gasto y de la voluntad política del gobierno nacional de descargar el ajuste anti inflacionario sobre las espaldas de los trabajadores. Entre tanto, Larreta demuele escuelas y cierra programas como el FinEs.
Buenos Aires, 6 de marzo de 2018. El anuncio de jornadas de debate con la comunidad sobre la situación salarial docente en los primeros días de marzo, seguidos en un paro nacional previsto para el momento en que esta edición esté en imprenta, era algo que se venía venir. Ya sucedió lo mismo el año pasado y la oferta oficial para el 2018 de un incremento del 12 por ciento divido en tres cuotas, no dejaba espacio para nada diferente. 

La expectativa docente era muy diferente. En la reunión del 20 de febrero habían consignado todas sus demandas. La Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) reflejaba en un comunicado que "se propuso a las autoridades que la recomposición salarial sea de un 24 por ciento y que contemple una cláusula ‘gatillo’ como garantía ante un eventual avance de la inflación más allá de ese número". (...) Además, la UTE planteó la necesidad de que, para comenzar el ciclo lectivo "con todos los niños adentro de la escuela" se incluya en el sistema educativo a  15 mil niñas y niños que quedaron sin vacante en el nivel inicial. Por otra parte, se exigieron condiciones dignas de enseñar y aprender para todas las comunidades educativas, particularmente para el Isauro Arancibia y el Polo de Retiro. Al mismo tiempo, se reclamó que "la creación de la UniCABA no implique el cierre de ninguno de los profesorados docentes de la Ciudad de Buenos Aires."

La falta de vacantes, principalmente en el nivel inicial, la falta de docentes en todos los niveles por los bajos salarios, el polémico proyecto de reemplazar los profesorados por una universidad (la UniCABA) y la demolición de la escuela Isauro Arancibia y las que funcionaban en la Villa 31 de Retiro, junto al incremento justo de los salarios, son otras tantos focos de conflicto con el gobierno actual para el gremio docente.

Demoliendo escuelas

En los dos casos, el pretexto es hacer nuevas obras que mejoren la calidad de vida de los porteños. Pero empiezan por demoler sin haber preparado el edificio de reemplazo. El resultado es el peor. Chicos sin sus escuelas. 

El más conocido es el de la Isauro Arancibia. Como entorpecía para las obras del Metrobus en la avenida Paseo Colón, su demolición estaba prevista desde hace unos años. Pero en todo este tiempo no se hizo la obra de reemplazo. "Tras amenazas de desalojo, las obras por el avance del Metrobús obligaron a la comunidad educativa del Isauro a terminar las clases antes de tiempo y dejar el edificio por algunos meses, antes de mudar definitivamente la sede. De acuerdo al compromiso asumido por la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, hoy debían permitirles a los docentes volver a usar el lugar para comenzar a planificar el próximo ciclo lectivo. Pero ayer les avisaron que el sitio no está listo. Y que hasta julio tendrán que funcionar provisoriamente en otro inmueble", publicaba el 15 de febrero el portal Nueva Ciudad.

Unos días antes se conocía que en la Villa 31 el Juzgado de 1ª Instancia en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires dio la razón al reclamo de la comunidad educativa que rechazaba el traslado de tres escuelas (Escuela Primaria N° 25 "Bandera Argentina", Escuela Infantil N° 5 y Escuela Media N° 6 "Padre Mugica") a un galpón, mientras se realizan las obras del nuevo polo educativo. Pero la justicia llegó tarde. Lamentablemente el edificio de las escuelas que van a trasladar ya fue demolido, sin escuchar los reclamos de la comunidad de la Villa 31. 

El final del FinEs

El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta dispuso en la ciudad de Buenos Aires el cierre de 13 sedes en las que se desarrollaba el Plan FinEs que alentaba, desde 2008, a que adultos pudieran terminar sus estudios primarios y secundarios. La polémica decisión afecta a 500 alumnos y deja sin trabajo a 80 docentes de distintas disciplinas. Y según advirtieron desde la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) el macrismo completaría el cierre definitivo del programa a fin de año. El cierre se produce justo cuando la ministra de Desarrollo Social de la Nación propone la terminalidad educativa como condición a los beneficiarios de programas sociales. Ni que se tratase del mismo equipo.

Una universidad para cerrar profesorados

Todavía está pendiente el debate parlamentario del proyecto de creación de una  universidad de formación docente en la Ciudad de Buenos Aires (que se llamaría UniCABA). La repulsa de docentes y alumnos de los profesorados existentes evitó su tratamiento a fines del año pasado. Pero ahora el oficialismo tiene los números recargados entre los legisladores (34 sobre 60) debido a su excelente resultado en las elecciones de octubre y puede aprobarla en soledad. 

En vez articular los tres años de formación que brindan los profesorados, que incluyen prácticas supervisadas en establecimientos educativos públicos, adicionando otros dos de formación universitaria para otorgar licenciaturas o profesorados universitarios, el oficialismo propone terminar con la vida de 28 instituciones de primer nivel y armar una nueva instancia. El cambio implicará menos docentes y personal administrativo, la pérdida de las prácticas y el fin del co gobierno de instituciones de ganado prestigio en la comunidad. Más ajuste y control de la formación de los docentes en la ciudad. Todo un cambio. 


Santiago Pujol


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