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Miles viviendo en las calles

Contabilizaron
4.394 personas viviendo en las calles poco hospitalarias de la antigua Reina del
Plata. Tres mil ochocientos adultos y 594 menores de 18 años. Balvanera y San
Cristóbal tienen una lamentable ubicación privilegiada según este Censo.
Albergan numerosas personas en sus calles. Más de 300 entre adultos y niños, en
el caso de Balvanera. Una cantidad de mayores de 18 años que lo coloca en
cuarto lugar, después de San Telmo, Palermo y Retiro, entre los barrios con
mayor cantidad de gente viviendo en las calles. En décimo lugar está San
Cristóbal, medidos los 48 barrios en los que se divide Buenos Aires.

Si se
cuentan menores de 18 años, se altera ese orden. Encabeza Soldati con más de la
quinta parte del total de niños en situación de calle, seguida de Mataderos,
San Telmo y Balvanera. En tanto que en San Cristóbal se pudo registrar sólo
tres niños desamparados. Cantidad suficiente para el espanto en tiempos de
frío, pero que además habla de las dificultades de una tarea que para
realizarse requiere de mucho esfuerzo y que el gobierno no quiso hacer.

Desde
1997, casi todos los años el gobierno porteño realiza un conteo superficial que
arroja cifras que, aunque oscilan entre un máximo de 1356 personas en 2009 y un
mínimo de 705 en 2000, se mantienen sin muchas variaciones hasta la actualidad. Además,
en algunos años, no hay registros. En 2016 el Gobierno de la Ciudad dijo que
había 876 personas en esa situación, casi lo mismo que en el 2012 y 2014, y
apenas unas 100 personas menos que lo que registró en el 2015 (n=924).
Recientemente publicó los resultados del relevamiento realizado en abril de
2017, donde reconoce un aumentó en relación con el año anterior pero
igualmente, sólo contó 1066 personas en calle efectiva.  

Esto hizo
que muchos concluyeran que el Estado no ignoraba esta problemática, sino que
procura esconderla. ¿Cómo? No incluyendo en su conteo de personas en situación
de calle a quienes se alojan en forma transitoria en la red de alojamiento
nocturno y no recorriendo la totalidad de los barrios en que está organizada la Ciudad. Además,
tratan de expulsarlos de los lugares más visibles, retomando los repudiados métodos
de la disuelta UCEP
(Unidad de Control del Espacio Público) estrenada al comienzo de la gestión de
Macri.

Además de
quienes pernoctan en las calles, otras 1478 recurre a los llamados “paradores”
que ofrece el gobierno y a alojamientos de diferentes organizaciones sociales.
Para las autoridades no están desamparadas. La coalición que produjo el Censo
considera que el criterio oficial “carece de sentido, dado que las personas que
residen en paradores, hogares o centros de integración acceden a ir a estos
lugares por encontrarse en situación de calle”. Sumadas ambas cifras, el total
muestra casi seis mil personas a la intemperie en la Ciudad.

Muchos
prejuicios rodean a las personas que bien en situación de calle. Además de la
ridícula apreciación del ex integrante del Consejo de la Magistratura de la
Nación, Alejandro Fargosi, que cree que en Recoleta hay gente viviendo en la
calle porque le pagan punteros del peronismo para hacerlo, muchos porteños
piensan que la mayoría son extranjeros. El censo mostró que no es así.

Un 12 por
ciento de las personas adultas entrevistadas nació en otros países,
principalmente Uruguay (29%), Paraguay (21%), Bolivia (15%), Perú (16%) y Chile
(8%). Sólo un 26% nació en otras provincias, siendo que el 62% de la población
entrevistada nació en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA, formada por
Ciudad más Conurbano). En el caso de los niños, niñas y adolescentes, el 89%
nació en AMBA, siendo sólo un 2,5% de otros países.

Otro
prejuicio común es “Están en la calle porque quieren, y la mayoría por
problemas de consumo”. Por el contrario, sólo un 10% de las personas que
respondió esta pregunta explicita que el consumo problemático de sustancias
psicoactivas fue el principal motivo para estar en situación de calle.  Entre
las razones principales se encuentran los problemas familiares y los
socioeconómicos.

Estas
enormes cifras sólo reflejan a los que ya perdieron todo y sólo tienen la calle. Hay muchos más
en riesgo. Habitantes de hoteles y pensiones, de instituciones de salud, o de
alberges para niños sin cuidado parental, jóvenes y adultos alojados en el
sistema penal. La lista es larga. Las crecientes dificultades de empleo y el
encarecimiento de la vivienda por la especulación urbana, empujan a los más
frágiles a la calle.
Y Rodríguez Larreta mira para otro lado.

                                                                                                                       Santiago Pujol

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