Editorial | Elecciones 2017

El plebiscito de Macri

Como toda elección a la mitad de un mandato, la de octubre de este año servirá para medir el grado de acuerdo de los argentinos, entre ellos los porteños, con nueva administración que conduce los destinos del país. Aunque son elecciones básicamente locales, el tono que decidió darle el oficialismo ha sido el de un plebiscito que legitime con el voto popular el cambio de rumbo iniciado hace casi dos años. Buenos Aires, 6 de junio de 2017. Entre nosotros, Larreta contribuyó a esa determinación reuniendo la elección de los diputados de la ciudad y de los diputados nacionales en un solo día. También contribuye a esa estrategia plebiscitaria la unción de Elisa Carrió como principal candidata del oficialismo en el distrito.

Larreta está haciendo sus mejores esfuerzos para asegurar que una porción significativa de los porteños vote amarillo en octubre. La próxima inauguración del Paseo del Bajo simboliza su gestión, grandes intervenciones urbanas que posibilitan un gran impacto mediático, al tiempo que movilizan importantes recursos públicos en dirección de empresas amigas.

Pero, como demostró la Expo Joven hace pocos días, el marketing en política se desbarata cuando irrumpe la realidad. Con una economía cada vez peor, en la que muchos han perdido su trabajo y casi todos se tienen que ajustar en sus gastos, mientras siguen subiendo los precios y las tarifas, el descontento con el rumbo nacional puede sobreponerse a cualquier entretenimiento electoral montado para la ocasión. Sin contar con los escándalos de corrupción que salpican al presidente por el Correo y los negociados con la obra pública.

Por ahora, tan seguro se encuentra en su estrategia el PRO, que decidió desatender el pedido de primarias realizado por el radicalismo local, su principal socio a nivel nacional. Así las cosas, Lousteau tendrá que competir por fuera de la escudería oficial con su ex socia y mentora, la chaqueña Elisa Carrió. Para lograrlo ha reflotado una alianza con el socialismo y otras fuerzas menores y se presentará como la variante crítica del oficialismo. De ese modo, contribuirá finalmente a consolidarlo desde fuera, restando espacio a las alternativas claramente opositoras existentes en el distrito.

Ninguno de estos dos sectores, el oficialismo y su muleto, someterá sus diferencias internas a una compulsa con la ciudadanía. Presentarán listas únicas en las primarias obligatorias de agosto, desnaturalizando su carácter.

Diferente es el panorama entre los sectores parados en la vereda de enfrente del macrismo. Tercero en volumen electoral en las últimas elecciones, pero sin liderazgos claros y fragmentado en un archipiélago de agrupaciones de poca monta, el peronismo porteño y sus aliados procuran con diversa suerte enhebrar diferentes alianzas que competirán entre sí en las primarias de agosto, donde se definirán las candidaturas del sector hacia octubre.
Del mismo modo, la izquierda de raíz trotsquista confronta entre dos agrupamientos que procuran encabezar una propuesta conjunta, que ya recorrió varias experiencias unitarias, en un proceso inédito en la historia política argentina.

Por supuesto, el descontento requiere de respuestas políticas para expresarse. Es obligación de las fuerzas de oposición brindar herramientas a la ciudadanía para que se manifieste. Está por verse si están a la altura de su responsabilidad social.

Lic. Gerardo Codina

Compartir nota en las redes sociales Enviar Imprimir

Dejanos tu comentario